domingo, 8 de marzo de 2015

La Proposición: Capítulo 79

Peter se dio la vuelta para ver a la chica, una muy hermosa, pero que parecía adolescente, sonriéndole.

—Eh, no lo creo.

Sus labios color rubí se fruncieron en un mohín.

—¿Por qué no?

—Primero que nada, estoy aquí con Lali, y segundo, creo que soy un poco viejo para ti.

—Tengo diecinueve. Además, Lali es mi prima, a ella no le importará.

Peter luchó contra el impulso de decir: “¡Por supuesto que le importara!” Incluso embarazada, Lali tenía suficiente fuerza para golpear a Maria hasta el próximo martes por coquetear con él. Con un suspiro de exasperación, levantó sus manos.

—Mira, es muy amable de tu parte preguntar, pero en verdad, tengo que decir que no.

Lali escogió ese momento para volver con la bebé. Los examinó a los dos antes de hablar.

—¿Qué está pasando?

—Yo quería bailar con Peter, pero él no quiere —admitió Maria.

Peter apretó los dientes.

—Y yo claramente le expliqué que estaba aquí contigo.

—Un poco de baile no hará daño —dijo Lali, luego volteo la cabeza hacia él, dándole una sonrisa asquerosamente dulce—. No me importa, si a ti no te importa.

Oh no, ella simplemente lo había vendido a su prima cachonda. Él sabía que ella debía tener algún motivo para hacer esto. Era una manera de clavarle las uñas por no hacerlos una pareja oficial, para demostrar que él estaba más que disponible o algo así. Era eso o simplemente estaba siendo muy paranoico sobre sus motivos.

—Bien —murmuró, al mismo tiempo que Maria lo jalaba de la mano y lo arrastraba a la pista de baile. Por suerte, era una canción movida, por lo que no se vería obligado a acercarse mucho a ella. Él no tenía idea de cómo bailar esa clase de música, y por la mirada divertida que irradiaba el rostro de Lali, sabía que estaba haciendo el ridículo. Peter iba a tener su revancha por esto así fuera lo último que hiciera. Cuando terminó el baile, él forzó una sonrisa.

—Gracias, Maria.

—Cuando quieras, guapo —respondió, dándole una nalgada. Ella le dio un guiño antes de irse con su pandilla de chicas en la esquina.

—¿Qué diablos? —murmuró en voz baja.

—¿Preparado para otro baile, semental? —preguntó Lali.

—Considerando que tu prima acaba de golpear mi trasero, no estoy realmente seguro de ello.

Lali se rio.

—Oh, ¿por favor? Quiero bailar con mi hombre.

La música cambio de movida a una balada dulce. Peter a regañadientes dejó que Lali envolviera sus brazos alrededor de él.

—Lo siento si te molestaste —dijo, mirándolo.

Peter soltó un bufido.`

—Lo que sea. Simplemente no puedo creer que me hayas emparejado de esa manera con ella. Pensé que habría una pelea de gatas cuando nos viste hablando.

Lali rodó los ojos.

—No soy tan celosa.

—¿En serio?

Ella sonrió.

—Además, cuando estaba cambiando a la beba, escuché a algunas chicas diciendo que habían apostado con Maria que ella no tendría las pelotas para bailar contigo. Pensé que debía dejarla ganar a lo grande. Peter echó la cabeza hacia atrás y soltó una risita.

—No puedo creer que hayan hecho eso.

—Eres un hombre mayor bien parecido, ¿por qué no lo harían? —Ella envolvió sus brazos alrededor de él con más fuerza—. Antes, incluso hasta yo
podría haber puesto dinero para bailar contigo. Sus labios acariciaron su cuello.

—Nena, soy tuyo gratis en cualquier momento y en cualquier lugar.

—Uhm, tomaré en serio esas palabras —respondió.

Después de bailar otra canción lenta, regresaron a sus asientos ya que la banda se tomaría un descanso. El cantante, que Lali había presentado como Dave, tomó el micrófono.

—Solo quiero tomar un segundo mientras mis amigos y familia están aquí para hacer un gran anuncio. Ayer, le pedí a Laura, el amor de mi vida, que se casara conmigo, ¡y dijo que sí! —dijo Dave.

Mientras la multitud estallaba en aplausos y silbidos, Peter sintió a Lali tensarse a su lado. Aunque ella tenía una radiante sonrisa en su cara, él podía decir que el compromiso de su primo la molestaba. No tardó mucho en entender por qué. Él sabía que a pesar de que ella estaba encantada por el bebé, todavía quería lo que Laura tenía, amor, compromiso y un brillante diamante en su dedo. Peter se preguntó si él era el hombre que podía darle eso a Emma o si solo estaba perdiendo el tiempo pensando que podía.

—Ahora, me gustaría tomar un descanso durante unos minutos y bailar con mi hermosa prometida. —Su mirada buscó entre la multitud hasta que dio con
su mesa—. La, ¿Harías los honores?

Si Lali se había tensado antes, ahora estaba completamente rígida ante la perspectiva de cantar.
—¡No, no, no! No he cantado en mucho tiempo.

—Eso no es cierto. Tú nos sorprendiste a Mason y a mí con tus dotes vocales hace unos meses —argumentó Peter.

Lali le lanzó una mirada asesina.

—¡Creo que hay demasiada diferencia en cantarle a un bebé para que duerma en la intimidad de mi propio cuarto, que cantar en un lugar lleno de gente!—siseó entre dientes. Luego sacudió la cabeza hacia Dave—. Realmente no podría.
 Una rubia alta y de piernas largas llegó corriendo detrás de ellos. No pasó mucho tiempo para que Peter se diera cuenta de que era Laura.

—¡Oh, por favor, Lali canta Cowboy Take Me Away! Cantabas eso la noche en que Dave y yo nos conocimos.

Peter acercó sus labios al oído de Lali.

—Adelante. Sabes que podrías dejarlos boquiabiertos hasta cuando cantas en la ducha.

Ella se volteó para mirarlo, su boca formaba una perfecta “o” por la sorpresa.

—¿En verdad?

El asintió con la cabeza.

—Está bien, está bien. Lo haré.

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