Peter se levantó del sofá y se ajustó los pantalones.
—La, espera, ¿me escucharás?
Ella se dio la vuelta.
—¿Es ahora cuando me dices que lo sientes y que solo no pensaste en
mencionarlo? ¿Que de alguna manera el hecho de que vayas a ser padre en menos
de cinco meses simplemente se deslizó por tu mente?
Sostuvo sus manos en alto defensivamente.
—Mira, realmente lo siento. Ha sido una locura en el trabajo los
últimos dos meses que hemos estado trabajando en ser más una pareja. Apenas he
estado
en la oficina de casa una semana entera. Te prometo que no estoy
siendo intencionadamente engañoso sobre ti o el bebé. Lo juro. Cuando se dio
cuenta de la sinceridad en la voz de Peter, Lali suspiró.
—Lo siento. No he debido alucinar así. Estas estúpidas hormonas me
hacen totalmente irracional a veces.
—No, has tenido razón al enfadarte. No es como si me hubiera esforzado
en presentarte a mis amigos o decirles que somos algo oficial.
Lali sintió que la electricidad en la habitación cambiaba. ¿Estaba
Peter realmente hablando sobre hacer las cosas más oficiales entre ellos?
¿Quería eso
decir tal vez vivir juntos? Parecía un salto cuántico teniendo en
cuenta que ni
todavía ni siquiera se había dicho la palabra con “A”. No era por el
hecho de que Lali no estaba profundamente enamorada de Peter. Solo tenía
demasiado miedo de asustarlo. Toda su relación era un globo tan frágil que
temía que explotara en cualquier momento.
Peter levantó las cejas inquisitivamente hacia ella.
—¿Entonces estamos bien?
Ella sonrió.
—Estamos bien.
—Bien entonces. ¡Salgamos de la ciudad de una maldita vez! —dijo
Peter, agarrando la maleta de Lali.
CONTINUARÁ...
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