miércoles, 1 de octubre de 2014

La Proposición: Capítulo 67



—¿Huh?

Él se rio entre dientes.

—Estás un poco tensa, eso es todo.

—Solo un día agotador en el trabajo —mintió.

—¿Y qué más? —preguntó él.

—Bien. Hay algo que he estado esperando preguntarte.

—Está bien, dispara.

—¿Así que el siguiente viaje de negocios? —preguntó ella.

—¿Hmm? —murmuró él, enredando sus dedos en su cabello húmedo.

—¿Tienes planes para el fin de semana después de tu regreso?

—No que yo sepa. ¿Por qué?

Lali sabía que ahora o nunca debía acercarse a él con esa bomba potencial. Segura que dos meses pasaron volando donde ellos habían pasado más y más tiempo juntos. Él mantenía su devoción a la monogamia, incluso yendo tan lejos para usar skype y llamarla tarde en las noches cuando estaba lejos. La mayoría de las noches que estaba en la ciudad, ella se quedaba a dormir o él dormía en su casa. Pero ellos aún no habían ido al nivel de compromiso que ella quería, ni habían dicho la palabra con “a” que tanto ansiaba escuchar.

—Bueno, es el baile campestre anual de mi familia en las montañas. La familia de mi mamá.

Peter se rio disimuladamente.

—¿Y qué es exactamente un baile campestre?

—Exactamente como suena. La banda de mis primos toca la música, la gente baila, por lo general hay una barbacoa casera… y la luz de la luna. —Lali sonrió ante los ojos como platos de Peter —. Principalmente es una especie de reunión familiar. Tengo planeado ir el sábado en la tarde y regresar el domingo en la noche. Me encantaría si me acompañaras. Mis abuelos están especialmente interesados en conocerte.

Peter sonrió.

—Seguro.

—¿De verdad? —chilló Lali, incapaz de contener su sorpresa.

Peter asintió.

—Has sufrido por las reuniones de mi familia. Debería devolver el favor. Además, siempre me ha gustado salir de la ciudad para ir a las montañas. Incluso podemos llevar a Beau. Lali se echó a reír.

—Oh, él estará en el cielo de los perritos en la casa de mis abuelos. Ellostienen cerca de treinta hectáreas de tierras con un estanque.

—Eso suena increíble, no solo para Beau.

Lali no pudo evitar el revoloteo de su corazón ante la emoción de que él conociera a su familia.

—¿Entonces, puedo decirle a la abuelita que vamos?


—Por supuesto. No me lo perdería por nada en el mundo.


CONTINUARÁ...

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