martes, 27 de mayo de 2014

La Proposición: Capítulo 14

CAPÍTULO 14


Al sonido del timbre de la puerta, Lali se puso una bata y corrió por el pasillo para dejar entrar Candela. Apenas había abierto la puerta cuando Candela preguntó:

—¿Cómo lo llevas?

Lali gimió.

—Se supone que me encontraré con Peter en una hora, y siento como que voy a vomitar en cualquier momento. ¡Podría necesitar un aspirina para pasar la noche!

—Me imaginaba cuanto —respondió Candela mientras entraba en el vestíbulo—No temas. Estoy aquí ahora para tranquilizarte y asegurarme de que luces fabulosa.

Lali le dio un rápido abrazo.

—No sabes lo mucho que esto significa para mí.

—Ni lo menciones. —Palmeó la espalda de Lali—. Además, tú has tenido que lidiar con un montón de mis relaciones de mierda a través de los años. ¡Imaginé que te lo debía!

Caminaron por el pasillo y dentro de la habitación de Lali.

—Entonces, ¿qué llevarás puesto? —preguntó Casey.

Lali hizo una seña hacia un modesto vestido negro colgado en la puerta del armario. 

Candela negó con la cabeza.

—¡No, no, no! ¡Ese es demasiado sencillo para algo como lo de esta noche!

—Honestamente, Cande, él sabe que soy una cosa segura. ¿Por qué importa lo que tenga puesto? ¡No es como si fuera a usarlo mucho tiempo!

Candela puso los ojos en blanco.
—No seas tonta, La. Los hombres son tan visuales. Tienes que tenerlo deseando arrancarte la ropa y anhelarte en el momento en que te vea.

—Pero vamos a cenar primero —protestó Lali mientras Candela entraba en el armario y encendía la luz.

—Bien, ¡permítele estar hasta media asta todo el tiempo y esperando comerte de postre!

—En serio no puedo creer que pensaras eso, ¡mucho menos decirlo!

Candela dio un bufido despectivo.

—Bueno, una de nosotras tiene que pensar en esas cosas.

Lali la ignoró y volvió al baño para comenzar con su maquillaje. Deslizaba rubor color rosa sobre sus mejillas marfil cuando Candela finalmente entró por la puerta.

—¡Oooh, éste! —Extendió un corto y sin tirantes, vestido de raso esmeralda.

Las paredes color lila del baño de repente comenzaron a acercarse a Lali.
Negó con violencia hacia Candela.

—No, no puedo usar ese.

—¿Por qué no? Es sexy, pero no vulgar, y es su color favorito en ti. Además, ¡mostrará ese fabuloso par de tetas que tienes!

Un lento y emocional fuego irradió a través de su pecho, y por un momento, estuvo tan abrumada que no podía hablar. Cuando finalmente lo hizo, su voz estaba tensa por la emoción.

—Ese es el vestido que usé en mi fiesta de compromiso con Agustín.

La expresión radiante de Candela vaciló momentáneamente, pero entonces rápidamente la enmascaró con una sonrisa.

—Totalmente deberías usarlo de nuevo. Esa fue una noche feliz, y esta noche es una noche feliz porque comienza un nuevo capítulo de tu vida, en el que te convertirás en una mamá.

Lali se quedó mirando el vestido por un momento. Una imagen clara de su madre cortó a través de su mente, apretando su corazón, y sonriendo ampliamente. La voz de su madre resonó en su mente igual que como lo hizo en la tienda. ¡Oh Lali, cariño, eso vestido es para morirse! Dejarás a Agustín sin aliento. Cerró sus ojos, tratando de saborear el recuerdo y de mantener sus emociones bajo control. Cuando estuvo segura de que no lloraría, abrió los ojos y le sonrió a Candela.

—Tienes razón. Necesita más puestas y algunos recuerdos más en él.

—¡Ese es el espíritu! —Envolviendo sus brazos alrededor de Lali, Candela la apretó con fuerza—. Maldita sea, estoy orgullosa de llamarte mi mejor amiga. Eres tan fuerte y resistente con todo lo que has pasado, y entonces decides tener un bebé por tu cuenta así. ¡Eres mi propia pequeña Magnolia de Acero!

Lali sonrió.

—Quién diría que se necesitaría sexo casual para ponerte tan sentimental.

—Solo estoy tan feliz por ti, y de que voy a llegar a ser una tía.

—Madrina, ¿recuerdas?

Candela frunció su nariz.

—No sé si quiero toda la responsabilidad moral y ética que viene con ser una madrina. Soy más la tía traviesa que los induce a ver una película clasificación C y les compra bebidas alcohólicas cuando son menores de edad.

Lali se rio.

—Vamos a tener que trabajar en esa mentalidad, ¡especialmente antes de que seas mamá!

—Muérdete la lengua con eso, señorita. Tenemos que lograr que Vico pase su residencia antes de que siquiera pensemos en niños.
Lali volvió a trabajar en su maquillaje, mientras que Cande comenzabacon su cabello.

—¿Qué piensas? ¿Un moño suelto?

—No, a Peter le gusta mi cabello suelto y ondulado —respondió Emma.

—Ah, ahí está mi chica pensando en lo que Peter quiere. ¡Lo tendrás comiendo de la palma de tu mano en cuestión de segundos!

Lali rodó los ojos.

—¿Por qué me siento como Scarlett O'Hara en Lo que el Viento se Llevó cuando se lamenta de por qué las mujeres tienen que actuar de manera tonta  para atrapar a un esposo?

—Bueno, técnicamente tú no estás haciendo todo esto por un esposo, solo quieres que Peter salte en una erección… o dos.

El cuerpo de Lali se sacudió con la risa, enviando su delineador en un arco hacia su sien.

—Cande, maldita sea, ¡mira lo que me hiciste hacer! —dijo cuando finalmente recuperó el aliento.

—¿Yo? Yo no hice otra cosa más que declarar hechos.

Después de limpiarse el delineador corrido, Lali movió rápidamente su muñeca y miró su reloj.


—¡Mierda! ¡Tenemos que darnos prisa o voy a llegar tarde!

No hay comentarios:

Publicar un comentario