lunes, 26 de mayo de 2014

La Proposición: Capítulo 13


CAPÍTULO 13


Unos pocos días después, cuando Lali miró hacia arriba, Peter estaba recargado en el marco de la puerta. Poniendo su mano sobre el teléfono, le hizo un gesto para que entrara. Mientras escaneaba su oficina, su atención se dirigió de mala gana lejos de su hermoso rostro y de regreso a la voz en la línea.

—Sí, voy a poner esto en marcha. Gracias de nuevo. —Colgó y apuntó la cita. Una vez que terminó, le sonrió—. Me alegro de que me puedas ver ahora.

—Siempre estoy feliz de hacer tiempo para ti, Lai. —La molestó cuando le sonrió al calor tiñendo sus mejillas—. Estoy asumiendo desde que tú me llamaste que estás lista para aceptar mi oferta. —Se inclinó apoyando sus manos sobre su escritorio. Su rostro estaba a escasos centímetros del de ella—. Estoy seguro de que has pensado en ello largo y tendido, sopesando tus opciones.

—Sí —murmuró, mientras su cuerpo se estaba volviendo demasiado consciente de la proximidad del suyo. Odiaba el gran efecto que tenía sobre ella.

—¿Fue el pensamiento de verme desnudo el que finalmente selló el trato?

Ante su sonrisa traviesa, Lali entornó sus ojos.

—¿Crees que puedes reunir solo un gramo de madurez teniendo en cuenta la gravedad de la situación?

Peter se rio entre dientes y se dejó caer en la silla frente a ella.

—Está bien, lo intentaré.

—Sería de nuestros mejores intereses para entrar en este acuerdo desde un punto de vista empresarial. En primer lugar, tenemos que someternos a análisis de sangre para asegurarnos de que no hay posibilidades de enfermedades de transmisión sexual u otros problemas de salud.

—Puedo asegurarte que estoy limpio, pero estaré feliz de hacerlo.
—Gracias. —Lali le pasó una carpeta manila―.También tuve a mi abogado escribiendo esto.

La miró antes de llevar su mirada hacia él.

—Un contrato, ¿eh? —Se inclinó hacia atrás en su silla y abrió la carpeta dándole vuelta—. ¿Es este uno de esos contratos como en ese libro perverso donde describimos lo que estamos dispuestos a hacer o no hacer durante el sexo? ¿Al igual que nuestros límites duros y palabras seguras?

Lali sintió la vergüenza expandiéndose a sus ruborizadas mejillas como un reguero de pólvora.

—¡Absolutamente no!

Peter se rio.

—Me alegra oír eso. Solo para que lo sepas, no entro en esta mierda rara como látigos y cadenas.

—¡Es muy bueno escucharlo! ¿Ahora puedes por favor tomar esto en serio?—resopló Lali. Se levantó de su silla y se acercó por el lado del escritorio―. Este contrato describe lo que se espera, o supongo que debería decir, lo que no se espera de ti en cuanto a lo que sucede contigo siendo el padre de mi hijo. —Mientras Peter leía los primeros párrafos, continuó—: Honestamente lo que se reduce a una protección para ti. Asegura que nunca podré tratar de presionarte a ninguna obligación financiera, tal como manutención del niño o establecimiento de paternidad.

—La sección quinta no parece tener nada que ver con las finanzas —dijo Peter, sujetando el contrato.

Lali no tenía que ver el papeleo. Ella sabía exactamente lo que el párrafo implicaba.

—La sección quinta me protege en caso de que trates de entablar una demanda por custodia o de llevarte al niño.

—¿Crees que haría algo como eso?

—Bueno, no. Es solo lo que mi abogado dijo...

Los ojos de Peter se oscurecieron.

—Este párrafo dice que nunca podré tener contacto verbal o físico con mi hijo.

—No pensé que quisieras. Antes dijiste que nunca realmente quisiste tener hijos o la responsabilidad —argumentó.

—Eso es cierto, pero ¿qué pasa si cambio de opinión? ¿Y si en el futuro quiero ver cómo resultó él o ella? ¿Y si el niño quisiera verme un día?

—No lo sé. —Ella bajó la cabeza y se apoyó en el escritorio—. Cuando Pablo iba a asumir la paternidad del bebé, tenía todas las respuestas. Nos conocíamos y amábamos el uno al otro desde que teníamos doce. Sus padres querían nietos, así que sabía que iba a estar involucrado de alguna manera, independientemente de lo que Gas quería. —Levantó la cabeza para encontrarse con la mirada expectante de Peter—. Contigo, todo está en el aire.

Se miraron el uno al otro por un momento. La mano de Peter rebuscó en el bolsillo de su chaqueta y sacó una pluma.

—Está bien. Lo haremos a tu manera. —Empezó a garabatear su firma en el contrato.

—¡Espera! —gritó.

Él la miró con sorpresa.

—¿Qué?

Ella respiró hondo antes de exhalar con fuerza.

—Si hablas realmente en serio acerca de ver al bebé, podemos renegociar.

—Está bien. Pero modifica la parte de ser capaz de ver al niño. No quiero ser parte del cambio de pañales o las alimentaciones de medianoche, ¿entendido?

Ella sonrió.
—Entendido.

—Entonces, ¿cuándo procedemos?

—En realidad, esperaba que tan pronto como sea posible, bueno, tan pronto como los resultados de las pruebas estén. Debería estar ovulando entonces.

—¿Eh?

Ella se sonrojó.

—Es el momento en que es más fácil para mí quedar embarazada.

—¿Así que no vamos a estar follando las 24 horas los 7 días de la semana?—preguntó Peter con una sonrisa.

—No. Así no es como funciona concebir.

—Qué lástima —reflexionó.

Lali giró alrededor de su escritorio para mirar su calendario.

—¿En una semana desde el lunes está bien?

—Suena bien para mí.

Mordiéndose los labios, vaciló antes de esbozar para él el resto de las demandas para hacer bebés. Le daba vergüenza hablar de algunas de ellas en frente de él.

—Suéltalo, La —ordenó Peter, su tono de voz mezclado con diversión.

Ella entrecerró los ojos momentáneamente ante él, ya que era demasiado bueno para leer su lenguaje corporal.

—Está bien, así que aquí está el trato. Es mejor si tenemos relaciones sexuales cada dos días durante mi período fértil. Tener relaciones sexuales todos los días puede ser contraproducente para concebir. Entonces, ¿estarías dispuesto a
reunirte el miércoles y el viernes potencialmente?

—¿Un horario sexual de hombre folla mujer? Qué eficiente —reflexionó.

—Por favor, sé serio.

Una sonrisa maliciosa brilló en su rostro.

—Bien, voy a estar listo y erecto cuando sea que me necesites.

—Gracias —respondió ella, con una sonrisa tensa—. Ahora que has tomado nota, ¿dónde deberíamos encontrarlos?

—Estoy pensando en que quieres mantener esto tan serio como sea posible, así que probablemente es mejor utilizar un terreno neutral, como una habitación de hotel, en lugar de una de nuestras casas.

Ella asintió con la cabeza.

—Eso suena bien.

—¿Por qué no hacemos una reserva en el Grand Hyatt?

La boca de Lali se abrió.

—¿El Grand Hyatt? —repitió.

Peter se rio entre dientes.

—No soy el tipo de hombre de Best Western/Holiday Inn, La.

—Oh, no, está bien. Es solo que pensé que desde que me estabas ayudando y todo, me haría cargo de la tarifa de hotel, y varias noches en el Hyatt está un poco fuera de mi presupuesto.

Peter negó con la cabeza.

—No, yo me encargaré de ello.

—Pero...

—Creo que es seguro decir que puedo hacer mucho más dinero que tú, así que déjame encargarme de esto. —Ante su brusca inhalación, levantó las manos—. Además, necesitas ahorrar dinero para cuidar del niño.

A pesar de que no le gustaba su referencia al salario, se dio cuenta de que tenía razón.

—Bien entonces. Puedes pagar.

—Gracias.

—¿Así que la noche del lunes a las siete? —preguntó ella.


—Es una cita.


CONTINUARÁ ···> Martes 27/05

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