viernes, 12 de septiembre de 2014

La Proposición: Capítulo 49


Lali sintió como sus cejas se disparaban de su frente.

—¿Perdona?

—Lo que quiero decir es que, tengo miedo de hacer algo que dañe al bebé. Como aplastar tu cuerpo con el mío o empujar demasiado fuerte o alguna mierda así.

—Oh, ya veo —murmuró. Luchando por no reírse por lo absurdo de la situación. Nunca ni en un millón de años se hubiese imaginado que Peter tuviese miedo del sexo.

—Bueno, mi doctor no dijo nada sobre la abstinencia sexual, así que creo que estaremos bien.

La esperanza destelló en los ojos de Peter.

—¿Tú crees?

No pudo aguantarse más la risa.

—Sí, estoy segurísima.

—Oh, ¿esto es gracioso ahora?

Ella asintió.

—Si pudieses ver la mirada en tu cara.

Frunciendo el ceño, se cruzó los brazos sobre su pecho.

—Bueno, perdóname por querer proteger a nuestro hijo.

Lali se elevó y tomó el rostro de Peter entre sus manos.

—Lo siento, no debí reírme. Es solo que la mayoría de las parejas casadas o no, no dejan de tener sexo por un embarazo. —Cuando él empezó a discutir, le puso un dedo sobre sus labios para silenciarlo—. Pero agradezco tu consideración y preocupación. Cada una de las veces que hemos estado juntos, siempre has sido considerado en no hacer nada que me pudiese hacer daño. Estoy segura que continuarás haciendo lo mismo ahora.

Él hizo una mueca.

—Solo… estoy preocupado porque ha pasado un tiempo para mí. Estoy siendo totalmente honesto, es uno de los periodos sin sexo más largos en mi vida adulta, y estoy preocupado por dejarme llevar también.

—Va a estar bien. Créeme. Te diré si algo está mal.

Peter le dio una mirada cautelosa antes de asentir.

—¿Ahora por qué no me haces el amor? Lento y agradable —dijo ella.

Peter dejó escapar una bocanada de aire.

—Puedo intentarlo.

Lali no pudo evitar sonreír ante la expresión de determinación en su rostro.

—No puedo creerlo señor Peter Lanzani, Dios del Sexo Extraordinario, estás dudado de tus habilidades en el dormitorio.

Ante su burla, la expresión de Peter cambió de ansioso a ardiente en apenas un segundo.

—Ahí está esa boca tuya otra vez —contestó, con su voz baja y ronca.

—Umm, hmm —murmuró Lali, llevando su boca a la suya. Necesitaba sus calientes labios contra los suyos desesperadamente. Deslizando su lengua en su
boca, lo acarició, provocando que gimiera profundamente desde su garganta.

Lali se inclinó entre ellos y agarró su erección en su mano. Lo acarició duro y rápido, causando que la mandíbula de Peter se apretara. Después de trabajar su glorioso eje un rato más, Peter gruñó, moviendo sus caderas hacia adelante y atrás entre su mano.

—La —murmuró.

Entonces ella dirigió su erección hacia sus pliegues. Entró lentamente, un tedioso centímetro a la vez, hasta que estuvo llena de él. Entonces se dio cuenta decuánto había extrañado la sensación de tenerlo dentro de ella. Cuando él se retiró, Lali gimió por la sensación de vacío. Sus ojos frenéticos encontraron los de ella y sonrió.

—Está bien, sigue haciendo lo que estás haciendo.

—Lo intentaré —contestó, empujando otra vez dentro de ella.

Lali se agarró a los hombros de Peter mientras abría sus piernas ampliamente. Su ritmo se hizo exquisitamente lánguido. Con cada estocada, Lali elevaba sus caderas para encontrarlo. Se movieron en perfecta armonía al unísono, jadeando y respirando en la misma medida.

Peter tomó la mano de Lali y la llevó entre ellos.

—Tócate —le instruyo, la vergüenza llenó su cuerpo por su demanda. Cuando ella empezó a alejar su mano, Peter sacudió su cabeza—. Si no quieres tocarte, entonces tócame a mí... tócanos.

Un escalofrió la recorrió por sus palabras y sintió no solo que cedía sino que se excitaba totalmente. Tentativamente, deslizó la mano hacia abajo donde estaban unidos, sintiendo como se deslizaba dentro y fuera de ella. Recorrió sus dedos sobre su polla bañada por sus excitaciones compartidas. Peter gimió con aprobación.

—Sí, cariño. Oh joder, eso se siente bien. —Después de trabajarlo a él, finalmente llevó su mano a su clítoris y empezó a acariciarlo y frotarlo.

Cerrando sus ojos dejó que las sensaciones se la llevaran. Fue casi demasiado, la sensación de Peter entrando y saliendo junto con la estimulación de ella misma. No tomó mucho para que un orgasmo se construyera y la recorriese.

—¡ Peter! ¡Oh Peter! —gritó.

—Oh, joder La, no creo que vaya a durar mucho más —dijo Peter, a través de sus dientes apretados.

Ella llevó sus labios hacia él, besándolo dura y apasionadamente mientras se rendía y se venía dentro de ella. Se dejó caer encima de ella como normalmente lo hacía, cubriendo su cuerpo con el suyo.

—¡Maldito infierno! —maldijo. Su expresión era de horror cuando encontró su mirada—. ¡Cristo! ¿Te he hecho daño?

Lali rodó sus ojos.

— Peter, ¿podrías dejar de preocuparte? Estoy bien.

—¿Estás segura?

Ella sonrío.

—Quizás lista para el postre.

Él soltó un bufido.

—¡Pensaba que lo que acabamos de hacer era un jodido buen postre!

—Hmm, bueno, eso fue realmente, realmente caliente, pero estoy más de humor de algo frió y dulce. —Cuando él arqueó las cejas, ella se rio—. ¡Pero lo que acabamos de hacer fue bastante dulce, también!

—Déjame adivinarlo. Ben & Jerry’s te está llamando, ¿eh?

Lali asintió.

—Entonces déjame ser un verdadero caballero y traértelo.

—¡Oooh, helado post sexo… qué romántico! —musitó.

—Ahí va esa boca tuya otra vez —contestó Peter, mientras salía de la cama y se dirigía a la cocina.

—Que bien que esté a punto de llenarla de helado, ¿eh?

Peter le guiñó un ojo sobre su hombro.

—Puedo pensar en algo mejor con que llenarte la boca.

Ella le tiró una almohada por su audacia.

—Ve por el helado y pensaré si puedes regresar a esta cama.

—Oh, me dejarás regresar. De hecho, apuesto a que vas a rogarme.


Mientas empezaba a salir de la habitación, Lali no pudo evitar temblar por la anticipación de lo que el resto de la noche le depararía.


CONTINUARÁ...

No hay comentarios:

Publicar un comentario