jueves, 25 de septiembre de 2014

La Proposición: Capítulo 61


—Espera, Peter, estoy…

Él la ignoró e irrumpió a través del vestíbulo. Pisándole los talones, trató de atraparlo antes de que comenzara a gritar y gritar al tipo imaginario para  sacarlo al infierno fuera de allí, y mucho más antes de que despertara a Mason. Lo vio patinar hasta detenerse y congelarse frente al corral donde Mason dormía. Él se dio la vuelta.

—Mason. ¿Quieres decir que acabo de estar todo enojado por un bebé?

Ella se rio.

—Sí.

Peter exhaló un silbido, y se inclinó para descansar los codos en las rodillas.

—¡No puedo creer que me hayas hecho eso! Yo estaba esperando tener que echar a un tipo de aquí.

—Oh, todo lo que una chica quiere, un caballero de brillante armadura posesivo y enojado.

Él frunció el ceño y extendió una de sus manos a su pecho.

—No, mierda, creo que estoy teniendo un ataque al corazón o algo así.

Lali se acercó a él y le apretó la mano sobre su corazón.

—Ay, pobrecito, ¿quiere que te bese y te haga sentir mejor?

Él asomó el labio inferior y le puso un rostro de cachorrito hasta que ella se inclinó y besó su corazón sobre su camisa.

—Gracias. —Echó una mirada por encima del hombro a Mason—.Entonces, ¿qué está haciendo aquí?

Ella envolvió sus brazos alrededor de su cuello y se apretó contra él.

—¿Qué puedo decir? Tengo una cosa con los hombres de la familia Lanzani.
Las comisuras de los labios de Peter se alzaron en una ligera sonrisa ante su declaración.

—¿Eso es cierto?

—Lo es y Megan está abrumada con los exámenes en este momento, así que me ofrecí a cuidarlo para que la dejara trabajar ininterrumpidamente. Además,
es una buena práctica para mí.

—Espera, ¿él pasará aquí la noche?

—Si. —Se inclinó hasta burlonamente tocarle los labios con la lengua—.Pero él está durmiendo en el corral, y tú tienes que estar en la cama. Conmigo.

—Hmm, me gusta ese escenario. —Él la besó con avidez mientras guiaba su espalda hacia el sofá.

—Caray, espera un minuto. No quise decir que empezáramos ahora — murmuró contra sus labios.

—¿Cuándo es el mejor momento?

Lali dejó que la empujara hacia abajo sobre los cojines.

—En realidad, deberíamos esperar hasta que Mason se duerma por la noche. Va a necesitar un biberón y un baño.

—Él está bien. —Se acomodó en la parte superior de ella, siendo cuidadoso de no cargar demasiado peso en ella. Mientras que una mano se adentraba bajo su
camiseta, la otra fue a la cintura de sus pantalones de pijama y entonces se detuvo.

—Maldita sea, ¿son de Scooby Doo?

Ella se rio.

—No esperaba compañía, y tengo una ligera obsesión con los viejos dibujos animados.

—Casi mata mi erección.
Ella deslizó su mano entre ellos y luego arqueó las cejas.

—Parece bien para mí.

—Hmm, sigue haciendo eso, y creo que va a ser más que bien.

Se mantuvo frotándolo a través de sus pantalones mientras él lamía un rastro caliente desde el cuello a su esternón. Mientras bajaba los tirantes de su camiseta sin mangas para desnudar sus pechos, un grito llegó desde el otro lado de la habitación. Por un momento ella no lo registró, pero luego Mason comenzó a dar grandes alaridos. Ella inmediatamente rompió el beso y sacó la mano de su polla.

—Para... bebé —jadeó.

—No, se siente tan bien —murmuró contra su clavícula.

Lali puso los ojos en blanco y golpeó su pecho.

— Peter, ¿estás sordo? Mason está llorando.

—Oh, mierda. —Con un gemido agónico, Peter se apartó de ella. Ella se deslizó por debajo de él y corrió al corral. Mason estiró los brazos hacia ella mientras lagrimas gigantes se deslizaban por sus mejillas.

—Ay, shh, está bien, dulce niño —dijo, recogiéndolo. Sus gritos se calmaron un poco cuando estuvo en sus brazos—. ¿Qué te pasa ángel? ¿Tienes hambre?

Lali besó la mejilla de Mason y frotó amplios círculos sobre su espalda mientras Peter sonreía por encima del hombro.

—¡Pequeño bloqueador de polla! —se quejó Peter.

Lali abrió la boca y se dio la vuelta.

—¿Cómo lo llamaste?

—Bloqueador de polla, que es exactamente lo que es en este momento.

Mason dio un grito, y Lali lo abrazó con más fuerza.
—No le hagas caso al tío Peter, corazón. No lo decía en serio.

Peter hizo un gesto a Mason.

—Míralo. Está perfectamente bien, siempre y cuando lo estés sosteniendo.

Ella negó con la cabeza.

—Eres un total y completo idiota.

—No debes maldecir frente al bebé —la reprendió con una sonrisa.

Lali abrió mucho los ojos. Con un bufido, se acercó a Peter.

—Es casi la hora de darle de comer. Sostenlo mientras voy a preparar su biberón.

Sorprendentemente Peter no protestó cuando Lali metió a Mason entre sus brazos. Mason se detuvo inmediatamente de sollozar y se quedó con los ojos abiertos ante Peter.

—Sí, eso es correcto. Estás atrapado conmigo ahora, y no tengo un pecho agradable para que puedas acurrucarte.

Lali le golpeó el brazo.

—¡No te atrevas a hablarle de esa manera!¡Es solo un bebé! ¡Los pechos son simplemente comida para él, pervertido!

—Maldición, La, ¿cuándo llegaste a ser tan violenta? —bromeó.


Mason le dio a Peter una sonrisa sin dientes, cuando Lali se fue pisoteando. Peter se rio entre dientes.


CONTINUARÁ...

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